Mucho se ha escrito sobre el famoso Triángulo de las Bermudas, es por
esto que no vamos a incidir más en ese tema. Pero de lo que muy poca gente
tiene conocimiento, debido a que no se le ha dado tanta publicidad, es que en
las antípodas de las Bermudas (en el lado contrario del globo terrestre),
sucede otro inquietante misterio de desapariciones y naufragios sin explicar.
En el mundo, del lado opuesto al Triángulo de las Bermudas, existe una
sección del océano asombrosamente similar en cuanto a su historial de barcos y
aviones desaparecidos. Hace ya mil años que los japoneses tienen conciencia de
esta peligrosa zona. La han llamado Ma-no Umi: el Mar del Diablo. Durante años
los marineros han atribuido las repetidas pérdidas de pesqueros a demonios
marinos, agitados dragones que suben a la superficie del océano para apoderarse
de los barcos y arrastrarlos con sus tripulantes a sus guaridas submarinas.
El Triángulo del Dragón, al igual que el de las Bermudas, forma un
patrón triangular. Partiendo del oeste de Japón, al norte de Tokio, sigue una
línea hasta un punto del Pacífico que se encuentra a unos 145 grados de latitud
este. Ambos se encuentran en los 35 grados de latitud oeste y este
respectivamente. Pero las semejanzas no terminan aquí, ambas zonas se situan en
el extremo oriental de las masas continentales, en la caida hacia aguas
profunsas donde el mar se ve arrastrado por fuertes corrientes encima de zonas
volcánicas activas.
Una larga lista de embarcaciones pesqueras, grandes buques de la armada
y aviones de todo tipo han desaparecido junto con toda su tripulación desde
hace más de mil años. Tanto los testimonios de supervivientes, como las últimas
comunicaciónes de los que no volvieron, apuntan a fallos en los sistemas de
navegación, distensiones espaciotemporales y desviaciones de la consciencia de
los tripulantes. Se ha comprobado que la actividad magnética de la zona es
superior, junto con la del triángulo de las Bermudas, a cualquier zona del
globo. Pero lo que nadie puede asegurar es que esta sea la causa de las
desapariciones.
Son numerosos los testigos de avistamiento ovni en esta zona del
Pacífico. Al igual que en las Bermudas la actividad de naves extraterrestres es
enorme. Se baraja la posibilidad de la existencia de una gran base
extraterrestre en las profundidades del océano (las fosas alcanzan los 12.000
metros de profundidad), ellos provocarían las anomalías magnéticas y secuestrarían
nuestros navios, pero... ¿Para que?... ¿Cual es el fin de tal cruel misión?.
La otra teoría apunta a una conectividad entre los polos magnéticos de
los dos triágulos que provoca una brecha espaciotemporal, pero... ¿Cual es el
otro lado?... ¿Otro espacio? ¿Otro tiempo? ¿Otra dimensión?. La realidad es que
existen dos zonas en la Tierra en las que naves enormes desaparecen sin dejar
rastro junto a toda su tripulación, y jamás vuelven a dar señales de vida.
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